Símbolo por excelencia del maquillaje y la cosmética, icono de la sensualidad femenina y productos líder en ventas, la barra de labios, pintalabios o labial cumple 100 años.
El pintalabios es algo más que un producto cosmético: desde un arma de la sexualidad femenina hasta una expresión ideológica, a lo largo de su siglo de historia se ha consolidado como un elemento habitual e imprescindible en el bolso de féminas de todo el mundo. Dado que celebramos su 100º cumpleaños, vamos con un poquito de historia: aunque productos destinados a pintar los labios a base de mezclas de ceras y pigmentos naturales llevan utilizándose desde hace miles de años, ya en la Grecia Clásica o el Antiguo Egipto, la barra de labios tal y como la conocemos no fue inventada hasta 1915.
El estadounidense Maurice Levy decidió darle a los bálsamos coloreados de la época la forma de barra y guardarla en un cilindro metálico con un tope que permitía subir la barra de labios según se iba gastando. El mecanismo giratorio que usamos todavía a día de hoy lo inventó James Bruce Mason Jr. en 1923, y así el labial se convirtió en un cosmético práctico de transportar y sencillo de aplicar.
Cada año se venden en el mundo 900 millones de unidades del invento de Levy y solo la marca MAC despacha uno cada dos segundos. Solo a nivel de nuestro país, una encuesta de L’Oréal estimaba que un tercio de las mujeres españolas se pintan los labios a diario. Y aunque actualmente tiene un uso principalmente estético, en sus orígenes el pintalabios estuvo vinculado a movimientos políticos, sociales y hasta económicos.
El mundo de la publicidad y el del cine han estado íntimamente ligados al desarrollo y éxito del pintalabios, al construir su simbolismo de belleza, sensualidad y liberación femenina, y asociarlo a iconos populares que despertaban la admiración de hombres y mujeres por igual. Marilyn Monroe, por ejemplo, popularizó el rouge más intenso y brillante posible durante la época dorada de Hollywood, que sigue siendo el tono por excelencia de este cosmético.
Poco a poco el pintalabios ha ido abarcando mayor variedad de tonos (la naturalidad de los 60 incorporó los nude, los excesos de los 80 los colores más vibrantes y excéntricos como el coral o el fucsia, y en los 90 el grunge recuperó las tonalidades más oscuras) y de texturas: a día de hoy nos encontramos labiales mates, satinados, metalizados… Y estamos cada vez más sujetos a modas que se suceden a una velocidad de vértigo y se atreven a experimentar cada vez más con la forma en que se aplica, la mezcla de colores, la gama cromática o, incluso, a emplearlo para otro fin que el de pintar de hecho los labios.
Inconfundible, cargado de significado, imprescindible para muchas y una de las grandes joyas de la industria cosmética, el pintalabios llegó para quedarse y hoy queremos desearle un feliz 100 cumpleaños a este producto que nos ayuda a transformar por completo nuestro imagen con un sencillo trazo.