Las fashion libraries son literalmente bibliotecas de ropa y complementos, de las que los usuarios se hacen socios y por un módico precio mensual pueden llevarse prestadas las prendas de las que disponen.
En este mundo actual tan consumista y donde las tendencias se consumen a gran velocidad, ir a la moda puede ser algo demasiado costoso y que implique comprar en exceso, sobre todo teniendo en cuenta lo rápido que la ropa se queda obsoleta.
Como remedio a este problema surgió la idea de las fashion libraries, iniciativas de negocio comunitarias que permiten el ahorro, el aprovechamiento y reutilización de las prendas y facilitan el acceso a una gran cantidad de ropa con la que experimentar y aportar variedad a nuestra armario, aunque sea temporalmente.
Se diferencian del alquiler clásico de ropa en que existe al posibilidad de compra, y funcionan como lo haría una biblioteca: te haces socio, tienes un carnet propio, y con él puedes tomar prestadas un número concreto de prendas a la semana o al mes por una cuota fija.
Se diferencian además de las tiendas de segunda mano en que las prendas pueden ser completamente nuevas, ya que algunos diseñadores, sobre todo aquellos nuevos que se están intentando darse a conocer, ceden sus modelos para utilizar las clothing libraries como un efectivo escaparate y un innovador canal de venta potencial.
Las fashion o clothing libraries ya triunfan en Europa y Estados Unidos, y desde Escandinavia, Países Bajos o Francia este modelo de negocio lo han importado a España las hermanas Schorn: su tienda, Ropateca, está situada en Barcelona (calle Ferlandina 51) y se ha convertido en un espacio de apoyo a diseñadores locales y de impulso a la experimentación con la moda y el intercambio de ropa.
Prendas de segunda mano, tesoros vintage, ropa y accesorios completamente nuevos, modelos de diseñadores reconocidos o independientes… todo a nuestro alcance por un precio asequible.
Tener acceso a un armario mucho más amplio sin necesidad de comprar irresponsablemente no solo nos da muchas oportunidades como fashionistas, sino que fomenta los conceptos de reciclaje y la cultura del alquiler.
Una iniciativa de negocio original y sostenible, que crea una comunidad de amantes de la moda con conciencia ecológica en la que las limitaciones económicas ya no nos impedirán experimentar y seguir las tendencias: esperemos que las bibliotecas de moda sigan proliferando y hayan llegado para quedarse.